Ayer (11 de enero) se cumplieron 25 años del fallecimiento del Búfalo Funes, formidable delantero que formó parte del conjunto Campeón de América y del mundo en 1986 y de la Interamericana de 1987. Su apodo se le puso por su forma física y su potencia arrolladora en velocidad cuando agarraba la pelota y enfilaba directamente al arco contrario. Llegó a River para reemplazar a Centurión -que había sido suspendido por doping- procedente de Millonarios de Bogotá, club donde es ídolo, y con sus goles se convirtió en pieza fundamental para ganar la primera Copa Liberadores de la historia del conjunto de Núñez, torneo en el que convirtió sendos goles en las dos finales-uno en la ida en Cali, mientras el restante lo metió Alonso- y el otro en la revancha en el Monumental. En 1987, se marcho al fútbol de Grecia, al Olympiakos durante una temporada y luego al Niza francés para volver a la Argentina en 1989 y jugar una temporada en Vélez Sarsfield. En 1990, debió dejar el fútbol a los 27 años de edad, debido a problemas cardíacos que le fueron diagnosticados y el 11 de enero de 1992 falleció de un paro cardíaco. Actualmente, el estadio de San Luis -su provincia natal- lleva su nombre.
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