Borinsky, periodista deportivo e hincha de River, que entre 1993 y 2018 estuvo en la revista El Grafico y actualmente es comentarista en Cadena 3 y en el suplemento deportivo del diario La Nación. En este último medio hace la sección de 100 preguntas, -la misma que hacía en El Gráfico-, y escribe en The Tactical Room.
Escribió cuatro libros vinculados a River Plate, como “Alma y vida” (2012) sobre Matías Almeyda, “Gallardo Monumental” (2015) y “Gallardo Recargado” (2019),sobre la biografía de Marcelo Gallardo, y “Cabezón”(2021) en el que habla de Andrés D´Alessandro.
A continuación compartimos la entrevista que nos concedió :
-¿Cómo fue hacer libros sobre tres símbolos de River como Matías Almeyda, Marcelo Gallardo y Andrés D'Alessandro?
Fue raro. Tanto el de Matías (Almeyda), el primero, como el de Gallardo surgieron a partir de las 100 preguntas que les hice a ambos para El Grafico. No sé si yo te lo conté la vez pasada, pero cuando fue lo de Almeyda, uno como periodista gráfico siempre quiere hacer algo más que las notas. Entonces me acuerdo que le hice las 100 preguntas en 2009 y cuando terminé le dije: “Uhh, están buenísimas estas historias, tendríamos que hacer un libro”. Después el medio se colgó, esto, lo otro y bueno…empezamos a tener las charlas cuando él era técnico en el Nacional B, sobre todo en la segunda rueda. Así que era raro porque yo estaba juntando un montón de historias buenísimas, nos veíamos los miércoles a la noche, después de que acostaba a sus hijas,y después de dos horas de grabar nos quedábamos charlando, él se prendía un cigarrillo y hablábamos “Uh, bueno sí, se puede hacer lo que sería el ascenso” porque la verdad que River iba segundo casi siempre, pero nunca se terminaba de despegar del tercero y el cuarto. Algunas cositas me contaba fuera del micrófono también. Entonces como que viví muy de cerca todo ese sufrimiento del técnico y después de los hinchas, pero bueno, yo tenía esa posibilidad.
Con Gallardo me pasó similar pero al revés, era con éxitos pero bueno, es como que te da una situación de mucha adrenalina, de estar en ese momento con el técnico que está dirigiendo a River, pero al mismo tiempo también es medio difícil hacer un libro así porque pierde el equipo entonces no querés molestar y se demoran las cosas, el tipo siempre está muy ocupado con la cabeza en otra cosa y uno de eso es consciente, entonces eso tiene las dos cosas ¿No? La sensación de entusiasmo, de adrenalina pero al mismo tiempo, hacer un libro con el técnico de River, que en ese momento es el técnico de River también implica muchas dificultades. Ya con el cabezón fue distinto porque bueno… fue un pedido de él, que le dijo al representante que quería hacer el libro, y el representante me contactó a mí. Todavía estábamos medio en pandemia entonces eran las charlas por teléfono. El estaba en Brasil y hablábamos casi todos los días, fue bastante más sencillo.
- De esos cuatro libros que hiciste ¿Cuál es el que más satisfacciones te dió?
Lo de las satisfacciones es difícil de decir, es injusto. Como que cada uno tiene su gratificación y su sentimiento especial. Por ejemplo, el primer libro de Almeyda fue mi primer libro. Son sensaciones únicas. Por ejemplo, cuando te avisan que sale el libro, ir a la editorial, buscar los primeros tres libros que me dieron, viste, con la tapa, con mi nombre en la tapa. Al otro día que me empiecen a llamar los medios, estar un mes y que te llamen, te inviten a programas… El día que lo presentamos yo me senté con Almeyda al lado y todos los periodistas con los que yo iba siempre a todos lados, ahí abajo, haciendo preguntas. Entonces, eso es una sensación incomparable. Después con Gallardo, haberle dicho a los tres meses de asumir que tenemos que hacer un libro porque esto iba a quedar en la historia y empezar a ganar después de eso, porque hasta ese momento no había ganado nada, era como una alegría ¿viste? Yo no lo podía creer las cosas que iban pasando. Y cuando gana la Libertadores que ya habíamos decidido que hacíamos el libro decía, “no, no puedo creer”. Eso te llena de felicidad. Ahí recibí mensajes, yo todavía estaba en Twitter pero no tanto, pero ya con el segundo de Gallardo que fue después de Madrid y todo, ya la cantidad de mensajes que me llegaban por mensajes privados, sobretodo Twitter ya fue muchísimo mayor que los anteriores. Ahí es como que sentía que muchos de los mensajes de la gente diciéndome “Bueno Diego, gracias por el libro, por permitirnos conocer mejor a Marcelo”. Cada uno te iba contando una historia distinta, entonces como que esa gratificación, y por todo lo que ya a esa altura significaba Marcelo, por ahí uno podía decir que es la más fuerte, pero cada uno tiene sus cosas.
El último fue el del Cabezón, pero el cabezón es más ídolo en Porto Alegre que en River, por más que se formó en River y es querido, es como que es recontra ídolo allá porque jugó muchos años, ganó Libertadores, Sudamericanas y bueno, no estuve en Brasil para medir eso ¿No? Esa es un poco la respuesta.
- ¿Que fue para vos haber hecho los dos libros de Gallardo justo en las épocas en las que ganó las dos Libertadores?
Bueno, la tercera tiene que ver un poco con lo que te decía recién. A veces me parece todo un sueño porque yo me acuerdo que le hice las 100 preguntas a Marcelo en febrero de 2014. Ese mes le iba a hacer al Chanchi Estévez, el ex jugador de Racing, pero me clavó dos veces pero me clavó mal esperando. Me acuerdo de estar en una heladería y él tenía que venir y no venía, después lo llamé y como que me dijo “bueno”. Entonces enseguida activé a Marcelo que lo tenía en la lista, lo llamé al otro día y me dijo que sí y nos juntamos. La nota salió en marzo, nos quedamos charlando como tres horas, yo lo conocía de jugador pero estar charlando dos horas ya en otro momento y después nos quedamos charlando en off, como que se dio una cosa especial. A los dos meses y medio renuncio Ramón, agarró él, entonces yo ahí lo saludé, le mandé un mensaje, ya estamos en la era de WhatsApp, le había hecho la nota hace poco. A los 3, 4 meses le dije de hacer una nota y me dijo “No, vení a tomar mate a Ezeiza” y fui a tomar mate, y le dije “Che, tenemos que hacer un libro, nunca vi jugar así a River, esto va a quedar en la historia” . Fue antes de aquel primer River-Boca que él dirigió, el que puso a Pezzella de 9 y, a diferencia del de Almeyda, que yo le había dicho de hacer el libro y fue todo un parto, sobretodo el del Nacional B que si River no ascendía, todo ese trabajo que venía haciendo no iba a poder salir porque no iba a salir el libro, nadie lo iba a comprar, lo iban a echar a Almeyda, acá fue todo al revés. Después de eso va y elimina a Boca, después va y gana la Sudamericana, un título internacional después de 17 años y después va y elimina a Boca y después gana la Libertadores. Así que bueno, lo viví con una alegría, es como que lo vi antes o me pasó eso de darme cuenta que eso iba a ser. Nunca me imaginé que tanto no?, pero como que vi algo y, al poco tiempo de asumir. Ya lo había visto en las 100 preguntas, y me había llamado mucho la atención la personalidad y la convicción que tenía, así que bueno, para mí fue…A veces miro para atrás y no puedo creer y encima después sale el primero porque yo le había dicho de hacer el libro a Marcelo, se sorprendió esa vez antes del River-Boca del campeonato cuando nos íbamos de la reunión yo le dije “¿Y el libro?” y él me dijo”Bueno, si vos estas convencido” y le digo “Si, si”. Pero después fue pasando el tiempo, River empezó a jugar instancias decisivas, yo no lo molestaba y a fin de año nos juntamos a tomar un café y ahí me dijo “Y…No sé, de hacer el libro porque no me gusta hablar de mí”, entonces le dije “Bueno, pensalo en las vacaciones y lo vemos después”.
Después River empezó mal en la Copa Libertadores, y acá está esto que yo te decía que, cuando trabajás con el técnico de River que está en actividad, en ese momento en que pierde partidos ni le mandás mensajes porque decís “Va a estar de malhumor”. Bueno, la cuestión es que, cuando River pasa la primera fase, ahí nos juntamos y dijimos “Bueno, el libro lo hacemos”. Después se fue dando todo: salir campeón, y cuando sale campeón de América ahí yo dije “Bueno, el libro tiene que salir en diciembre” que iba a ser antes del mundial de clubes con toda la euforia. Yo tenía que juntarme más con Marcelo, porque casi no me había juntado, y después de que sale ese que iba a ser el único libro de Gallardo, tuve el 2016. El dice que pensó en irse y después se iba a quedar un año más, entonces en marzo, abril del 2017 yo le dije “Bueno, Marcelo entonces si te vas a ir a fin de año tendríamos que hacer un libro para contar estos dos últimos años” y él dijo “No, dos años es poco, que sí, que no” y al final lo convencí, y a fines de 2017 se da que Lanús lo elimina a River estrepitosamente y él decide quedarse un año más, entonces ahí tampoco tenía sentido que salga el libro, entonces medio que quedó ahí en Stand By el proyecto. Cuando River en 2018 empezó a ganar de nuevo ahí empecé yo a seguir juntando información guardándola en WhatsApp y termina como termina en Madrid, porque vos pensá que si Boca hubiera ganado esa final el libro no iba a salir en ese momento, no tenía sentido. O sea que se dio todo increíble y el libro sale en mayo de 2019 -porque después lo tuve que laburar un poco más y porque las editoriales tienen su tiempo- pero miro para atrás y digo: “Saqué dos libros de Gallardo ganando una libertadores, y se lo propuse a los tres meses de asumir, es increíble.
- ¿Cuál es tu mejor recuerdo cómo hincha?
Mi recuerdo como hincha, yo que sé,…yo empecé a ir a la cancha en el 75. Me llevaba mi papá, yo tenía 7 años, y fue cuando cortó con los 18 años sin salir campeón, con Labruna de técnico. Era muy chiquito pero me acuerdo esas imágenes de ir subiendo las escaleras de la Belgrano y de golpe de llegar ahí, a la división de la baja y la media, y estaba jugando la tercera, y ya ver los jugadores con las camisetas, el estadio ya semi-lleno, ya era como algo…Bueno, es lo que le pasa a todos los chicos cuando van a la cancha por primera vez. Todos esos años de Labruna yo iba con mi viejo, la ilusión. Me acuerdo que yo agarraba el papel de diario y cortaba en cuadraditos el papel, los poníamos una bolsa para el fin de semana y después por ahí, mi papá decía “No, no tengo ganas de ir”.
Como hincha recuerdo mucho la Libertadores del 86, iba solo en ese momento a la cancha, yo soy del 67, así que tenía 18 años, casi 19, y la final de la Libertadores, la primera Libertadores que gana River, que fue el 29 de octubre del 86 -porque fue un día después de mi cumpleaños-. Me acuerdo que fui tres horas antes a la cancha, a la popular del tablero, llovía, llovió toda la noche y bueno, en ese momento ver salir campeón de América a River con todo lo que le había costado, ese día me acuerdo mucho. Después me tocó por suerte vivir las emociones como periodista, obviamente sin gritar en los palcos de prensa nada, pero viste, las emociones y todo lo que viví con la época de Gallardo fue impresionante. Pero como hincha me acuerdo ese 29 de octubre del 86: River 1 America de Cali 0, gol de Juan Gilberto Funes.