El 31 de julio de 1949 River Plate le ganó 1 a 0 a Boca Juniors en una nueva edición del Superclásico correspondiente al campeonato de primera división de ese año. El gol fue marcado por Ángel Amadeo Labruna a los cinco minutos de iniciado el encuentro.
Lo curioso de este partido fue que se lesionó su arquero Amadeo Carrizo, y como en esa época no existían las sustituciones, Alfredo Di Stefano pasó a ocupar el arco de River durante un lapso de ocho minutos.
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