viernes, 20 de marzo de 2020

NO HABRÁ NINGUNO IGUAL

Nos dejó el gran Amadeo Carrizo. Quizás el mejor arquero de la historia del fútbol argentino, aunque seguramente algunos podrán discutir, como es lógico, esta caracterización. Lo que no puede discutirse es que Amadeo creó un estilo. El del arquero jugador, el que no solamente se consideraba un atajador sino un jugador que además podía utilizar las manos. Si hasta le pegaba a la pelota de manera diferente, con una calidad y una precisión que más de un jugador de campo envidiaría. El que a los 42 años jugó un clásico y mereció un diez (10) para la revista El Gráfico, con aquella tapada al genial Rojitas y la avivada frente al muñeco Madurga. Un crack. Un Maestro con todas las letras, un patrimonio de River. Como Bernabé, como el Charro, como Labruna, como el Beto Alonso, como Enzo, como Gallardo y tantos otros. Chau Amadeo. La historia no puede repetirse. Fuiste único. Todo River te llora. Nunca te olvidaremos.

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