El 30 de abril de 1998 River Plate debía recibir al América de México por la revancha los octavos de final de la Copa Libertadores de América de ese año. Esta era la primera edición en la que los mexicanos participarán del máximo torneo continental de clubes.
En el partido de ida, jugado en México, habían empatado 1 a 1 y restaba definir quién era el que pasaba a los cuartos de final.
Pero lo insólito fue que el encuentro debió suspenderse debido a que la terna arbitral brasileña, compuesta por Marcio Rezende (árbitro principal) y sus jueces asistentes (Francisco Dacildo y José Melonio), que habían sido designados para dirigir el partido, jamás se enteraron de la designación y no arribaron a la Argentina cuando estaban ya presentes los equipos, el público y la prensa en el estadio.
Llamaron por teléfono al árbitro que había sido nombrado y el mismo respondió lo siguiente: "A mí nadie me avisó que estaba designado para el partido. Yo estoy paseando en Belo Horizonte".
La Confederación Brasileña de Fútbol tampoco había sido avisada de que los jueces de su pais habían sido escogidos para dirigir el partido.
Después de varias idas y vueltas, y de haber planteado también una terna argentina, el encuentro fue reprogramado. Los altavoces del estadio Monumental y el tablero electrónico avisaron la suspensión del cotejo.
Finalmente, con la misma terna arbitral brasileña que había sido nombrada anteriormente, el encuentro se jugó una semana después.
River ganó por 1 a 0 con un gol marcado por Santiago Solari clasificando a los cuartos de final.
Este fue el último partido de la exitosísima primera etapa de Marcelo”Matador”Salas con la camiseta del Millonario, ya que posteriormente fue transferido a la Lazio.
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