Renato Cesarini nació el 11 de abril de 1906 en Senigallia, Italia. A los pocos meses sus padres emigran a Argentina, donde Cesarini comenzaría su carrera como futbolista. Primero en el Borgata Palermo, luego en Chacarita Juniors, en plena época del amateurismo. También jugó en Ferrocarril Oeste y hasta disputó unos pocos partidos con la casaca de la selección argentina.
En 1929, todavía en plena etapa amateur del fútbol criollo, volvió a su Italia natal para jugar en la Juventus, donde logró cinco campeonatos de Liga y brillaría incluso con la camiseta de la selección azzurra.
Cesarini pasó a la historia, como jugador, por su inveterada e infrecuente costumbre de marcar goles en los minutos finales de los encuentros. Estos desenlaces emotivos fueron apelados “caso Cesarini” y luego “zona Cesarini”,para denominar esos tramos decisivos de los encuentros donde el goleador agónico se hacía presente y definía resultados.
La carrera futbolística de Cesarini terminó en el año en 1937 en River Plate, después de jugar jugar un año en Chacarita Juniors. Tres años después del retiro, comenzó su carrera como director técnico, quizás la más importante que él mismo pudiera imaginar. Dirigió nada menos que al River inmortalizado como “La máquina” durante los años 40, con el que ganó tres campeonatos. al River en los 40, un equipo que ganó tres Ligas y se ganó el apelativo de ‘La Máquina’. Entrenó también a la Juventus, a Banfield, a Boca, al Nápoles (donde se fue al descenso en un partido decisivo contra la Juventus donde el “Cabezón” Sívori, su discípulo, convirtió tres recordados goles) y también fue seleccionador argentino entre 1967 y 1968. Renato Cesarini es especialmente recordado por haber dotado a River de una escuela, un prestigio y una forma de sentir el fútbol. Fue un gran estratega, un verdadero maestro que interpretó el gusto de los riverplatenses por el juego atildado. Fue un adelantado del fútbol, un verdadero docente, un conductor de grupo incomparable. Exigente con los grandes y pedagogo con los pibes. Es autor de una frase imborrable: "El jugador de fútbol es como el caballo. Si uno lo aprieta, responde. Si le suelta la rienda, termina volteando al jinete". Cesarini fue una biblia del fútbol, que quizás no es tan reconocido por haber protagonizado aquella dolorosa derrota de River frente a Peñarol por 4 a 2, en Santiago de Chile. River ganaba en el primer tiempo 2 a 0 con goles de Onega y Solari. En la segunda etapa se produjo una reacción del cuadro uruguayo que terminó ganando por 4 a 2, con goles del ecuatoriano Spencer (2), el “Pardo” Abadie y Pedro Virgilio Rocha. Muchos culparon al entrenador por ese vuelco histórico. Es que en el entretiempo había sustituido al defensor Sainz por el delantero Lallana, siempre fiel a su estilo. Cesarini asumió aquella derrota ocurrida el 20 de mayo de 1966, aunque nunca pudo superarla. Falleció poco tiempo después en Buenos Aires, el Buenos Aires el 24 de marzo de 1969, víctima de una embolia.
En 1929, todavía en plena etapa amateur del fútbol criollo, volvió a su Italia natal para jugar en la Juventus, donde logró cinco campeonatos de Liga y brillaría incluso con la camiseta de la selección azzurra.
Cesarini pasó a la historia, como jugador, por su inveterada e infrecuente costumbre de marcar goles en los minutos finales de los encuentros. Estos desenlaces emotivos fueron apelados “caso Cesarini” y luego “zona Cesarini”,para denominar esos tramos decisivos de los encuentros donde el goleador agónico se hacía presente y definía resultados.
La carrera futbolística de Cesarini terminó en el año en 1937 en River Plate, después de jugar jugar un año en Chacarita Juniors. Tres años después del retiro, comenzó su carrera como director técnico, quizás la más importante que él mismo pudiera imaginar. Dirigió nada menos que al River inmortalizado como “La máquina” durante los años 40, con el que ganó tres campeonatos. al River en los 40, un equipo que ganó tres Ligas y se ganó el apelativo de ‘La Máquina’. Entrenó también a la Juventus, a Banfield, a Boca, al Nápoles (donde se fue al descenso en un partido decisivo contra la Juventus donde el “Cabezón” Sívori, su discípulo, convirtió tres recordados goles) y también fue seleccionador argentino entre 1967 y 1968. Renato Cesarini es especialmente recordado por haber dotado a River de una escuela, un prestigio y una forma de sentir el fútbol. Fue un gran estratega, un verdadero maestro que interpretó el gusto de los riverplatenses por el juego atildado. Fue un adelantado del fútbol, un verdadero docente, un conductor de grupo incomparable. Exigente con los grandes y pedagogo con los pibes. Es autor de una frase imborrable: "El jugador de fútbol es como el caballo. Si uno lo aprieta, responde. Si le suelta la rienda, termina volteando al jinete". Cesarini fue una biblia del fútbol, que quizás no es tan reconocido por haber protagonizado aquella dolorosa derrota de River frente a Peñarol por 4 a 2, en Santiago de Chile. River ganaba en el primer tiempo 2 a 0 con goles de Onega y Solari. En la segunda etapa se produjo una reacción del cuadro uruguayo que terminó ganando por 4 a 2, con goles del ecuatoriano Spencer (2), el “Pardo” Abadie y Pedro Virgilio Rocha. Muchos culparon al entrenador por ese vuelco histórico. Es que en el entretiempo había sustituido al defensor Sainz por el delantero Lallana, siempre fiel a su estilo. Cesarini asumió aquella derrota ocurrida el 20 de mayo de 1966, aunque nunca pudo superarla. Falleció poco tiempo después en Buenos Aires, el Buenos Aires el 24 de marzo de 1969, víctima de una embolia.
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